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Dios no tenía intención de darnos a luz para que pudiéramos morir en formas tan horribles. Nosotros nos hacemos morir de formas tan horribles. (Sí, Maestra. Eso es cierto). No podemos culpar a nada. Ni siquiera culpamos a los enemigos. Los atraemos. Los invitamos a nuestro mundo, a nuestras vidas. Realmente nos destruimos con nuestra propia cualidad no Divina de las actividades diarias y el mal manejo diario de los demás y de otras especies como las personas animal. E incluso del bosque, la selva, quiero decir la naturaleza misma.