Búsqueda
Español
 

La vida del Señor Mahavira: Continuar con el ayuno para rescatar a Chandana. Parte 3 de 5.

Información
Descargar Docx
Leer más

Ella vio que Baba Sawan Singh la llevó a ver a Dios, en el trono de Dios. Y ella estaba llorando, llorando. Ella dijo: "Nunca imaginé, nunca ... En toda mi vida, nunca imaginé que podría siquiera acercarme al trono de Dios y hablarle así".

Ese templo no es… no se parece a un templo budista corriente. Es solo un edificio, una parte de un edificio adosado a todo un bloque largo, y es solo una parte de él. Fue transformado en un templo. Y el maestro en esa época, él compró ese templo sólo para enseñar a los discípulos americanos. Él iba allí cada tres meses. Y sus discípulos contados con los dedos, quizá eran 30, 40, un templo pequeño. Y ellos iban todos los domingos para escucharlo y él hacía un retiro con ellos a veces. Y el retiro tenía quizá 20 o 20 y tantas personas. De modo que no es un templo que sea famoso. No parece un templo desde afuera. Es solo un apartamento normal. Tiene dos pisos y un sótano. El sótano es una cocina comunitaria, para cocinar y comer. Y la planta baja es para los Budas, el salón y la meditación. En el tercer piso están las habitaciones. Yo tenía un pequeño cuarto allí. Y el maestro vivía en el frente; yo vivía en la parte de atrás. Un cuarto, separado por un pasillo y una habitación vacía.

De modo que si llegaba a salir a una larga distancia, y volvía y no había escrito la dirección del templo, me habría perdido. Pero ellos encontraron el templo fácilmente, tocaron el timbre. Yo estaba sola, el abad, él iba y venía. Tenía un permiso de residencia, podía ir y venir. Como sea, ellos entraron y me dijeron. Ellos (los buscadores de la Verdad) describieron lo que su guía interno les había dicho sobre mí, les dijo que yo les daría la iniciación y que tendrían el Sonido (interno Celestial), y podrían oír el océano. Así que pensé que ella no podía estar mintiendo. Le pregunté si sabía algo sobre el Método de la Luz (interna Celestial) y el Sonido (interno Celestial), y sobre tal y tal enseñanza. Al menos una enseñanza similar o algo así. ¿Había ella leído algo? Ellos dijeron: “No. Ni idea. Sólo que el guía nos dijo que viniéramos aquí y Usted nos daría la unción espiritual y entonces oiríamos el océano, aunque no tuviéramos océano”. Algo así. Así que pensé que no podían estar mintiendo. ¿Para qué me iban a mentir? Porque yo no tenía pensado iniciar a nadie. Sólo estaba viviendo en el templo, limpiando el baño y el suelo todos los días. Así que les dije: “Vale. Pero tienen que ser vegetarianos (veganos)”. Ellos dijeron: “Sí, ya lo somos”. Porque en su tradición quizás también es así. Oh, muy sinceros. Buena experiencia.

Y después continuaron viniendo a verme a veces, y entonces meditaban conmigo o solos. Les di la habitación que el abad siempre reservaba para ver a sus discípulos durante el retiro. Les dije: “Quédense ahí abajo, yo me quedo en mi habitación. Porque no les puedo dar la habitación del piso de arriba”. Arriba sólo había una habitación para el maestro y otra para meditar. Arriba, también había una habitación de meditación para los discípulos cuando venían. Por la mañana, ellos venían a meditar con él. Antes de eso, yo pensaba que se habían equivocado. Les dije: “Si están buscando al abad, él no está aquí. Vuelvan en dos meses, él ya estará aquí. Y su nombre no es Ching.” Eso les dije. Él era un monje budista. Y ellos dijeron: “No, no. Dijeron Maestra Ching”. Yo dije: “Quizás Maestro Ji. Maestro Ji. Él es un hombre”. Quizás “Ji” es como se dice en indio “gran Maestro”. La gente siempre dice Guruji, Maharaji o Mataji. Babuji, Babaji. Todo lo “ji” significa gran. “Así que, creo que eso es a lo que su guía se refería con Maestro Ji. Pero él no está aquí”. Y entonces ella dijo: “No, no. Porque el guía dijo que es una mujer. ¿Y el abad enseña el Método del Océano?” Yo dije: “No, él no conoce nada sobre lo del océano”. Y ella dijo “Entonces no es él. ¿Usted lo conoce?” Ellos me preguntaron si yo sabía algo sobre el Sonido (celestial Interno) del Océano. Les dije: “Sé algo”. Y dijeron: “Pues entonces es Usted. Es Usted. Usted es una mujer y sabe sobre el Sonido del Océano interior, así que no es al abad a quien buscamos”. Por lo tanto, tuve que darles la iniciación. Venían desde lejos. Y les di comida para comer y extra. Y ellos volvieron alguna vez más.

Pero ellos tenían miedo de los fantasmas. Se supone que ellos ahuyentan a los fantasmas. Son como un grupo exorcista. Pueden ver a los fantasmas. Y un día, ellos vinieron, y subieron, “¿Podemos dormir con Usted arriba?” Dije, “Es un cuarto pequeño. No estoy acostumbrada a dormir con otras personas. Tienen toda la habitación de abajo. Es más cómoda, y el baño. todo para ustedes. Inodoro, es fácil”, Ella dijo, “No, hay muchos fantasmas allá abajo, unos 300 por lo menos.” Dije, “Bueno”. Dije, “Este es un templo. Los fantasmas también son bienvenidos”. No dice afuera que los fantasmas no puedan venir. Dije, “Además, los templos también alimentan a los fantasmas todos los días”, ya saben, algo simbólico con el mantra y luego lo multiplicas. Es solo simbólico: arrojas unas gotas de agua y un poco de arroz y luego lo multiplicas, y entonces los fantasmas vienen y también nos escuchan cantar los sutras y la liturgia budista. Algo similar.

¿Puedes verlo en internet por mí? ¿Alimentar a los fantasmas u orar a Dios antes de comer? Hace tiempo no usaba esa palabra. “Por lo tanto, esta es su casa. Es natural que se queden aquí, pero ellos no les harán daño, lo prometo. Porque mírenme a mí y al abad y otras personas, ellos vienen y van. Yo vivo aquí y no sucedió nada. No se preocupen. Por otro lado, si los fantasmas pueden estar en el piso de abajo, también pueden venir aquí arriba, ¿cuál es la diferencia?” Dije, “Los fantasmas son más libres que nosotros. Ellos pueden subir volando, más rápido que nosotros yendo por las escaleras. Por lo tanto, si ustedes vienen aquí, ¿cuál es la diferencia? Entonces ella dijo, “No, no, es diferente. No hay fantasmas aquí. Solo permanecen abajo. Aquí, Usted solo tiene a tres, cuatro Maestros con Usted. Y hay un Maestro con una barba grande y larga. Su nombre es Baba Sawan Singh. Y los otros Maestros… Ella nombró a todos los Maestros y todo eso.

Cuando le di la iniciación a ella, ella vio a Baba Sawan Singh dentro, y Él le dijo Su nombre y dijo que Él y yo somos uno. (¡Wow!) Baba Sawan Singh y yo somos uno. ¿Por qué? ¿Por qué? Creí que les había dicho antes. ¿No lo hice? ¿No? ¿No les dije? Y dije, “¿Cómo sabes el nombre de Baba Sawan Singh?” Ella dijo, “Él me lo dijo dentro”. Ellos son muy sinceros y muy puros espiritualmente. Y entonces también dije: “Vale, si Él dijo eso, entonces así es. El Maestro no te mentiría. ¿Con qué motivo?” Es una experiencia interna y ella vio que Baba Sawan Singh la llevó a ver a Dios, en el trono de Dios. Y ella estaba llorando, llorando. Dijo, “Nunca imaginé, nunca… Toda mi vida, nunca imaginé que podría acercarme al trono de Dios y hablar con Él de esa manera”. En ese entonces, no era un Dios muy elevado aún, al menos dentro de los Cinco Mundos pero, aun así, ella lloraba, lloraba. Oh, lloraba sin cesar. Dije, “Para ya, sino te deshidratarás. No te veré más. Diré, ‘¿Dónde está Azula? ¿Dónde, dónde?”’ Así que le di una bebida y todo eso y estuvo bien. Todos ellos tuvieron buenas experiencias internas en esa ocasión.

E incluso fueron a verme Taiwán (Formosa). En ese tiempo, yo vivía en medio de un bosque, Yangmingshan. No teníamos una casa ni nada, solo teníamos una tienda. Y de alguna manera, ellos pusieron unas láminas de metal juntas e hicieron una pequeña cabaña cuadrada para mí. La dejé quedarse, y luego ella tuvo miedo de los fantasmas otra vez. Dije, “Imagínate. Pregunta a estas monjas”. En ese entonces, tenía como, no sé, más de diez monjas y monjes conmigo. Compartíamos las ropas. No teníamos dinero suficiente para comprar ropa. Les di mis ropas a ellas. Solo conservé una para mí, porque no teníamos suficiente dinero para comprar ropas de monja, y estábamos bien. Estábamos bien de todos modos. Éramos felices. No teníamos mucho dinero, pero éramos felices.

Creo que cultivaba algunos brotes y vegetales para vender. Así que teníamos un poco de dinero de alguna manera. No me acuerdo cómo sobrevivíamos. Y las monjas aún estaban haciendo algunos panfletos - noticias semanales - un papel, un pedazo de papel, donde copiar algunas de las charlas que les daba a ellas, y luego las enviaban a quien fuere. Así que teníamos una gran tienda, de tres o cuatro metros de largo y dos metros de ancho. Y ella vino, y le permití quedarse en la cabaña de chapas metálicas y ella sin embargo tenía miedo de los fantasmas, y vino a decirme, “Oh, hay muchos fantasmas aquí. ¿Cómo vive Usted aquí?” Dije, “Vivimos. Ellos vivían aquí antes de que viniésemos, deberíamos disculparnos con ellos, que nos permiten quedarnos”.

Porque la montaña se llama Yangmingshan. Es un parque nacional. Excepto los que ya residen ahí - mucho tiempo atrás los antepasados abandonaron una casa - nadie puede construir más casas. Y se supone que es una zona muy embrujada. Hacían muchos chistes sobre eso. En ocasiones algunos taxistas no se atrevían a llevar a la gente a esa zona. Porque cuando les pagaban, el dinero no era verdadero. Cuando ellos regresaban, se daban cuenta que era dinero fantasma. No era verdadero. Es especial. Es un tipo especial de dinero fantasma.

¿No conocen la historia sobre la montaña Yangming? (Sí.) Es real. ¿Han oído sobre eso? Oh, sí. Entonces ella es testigo. No estoy mintiendo. Lo oí solamente, pero no estaba segura. Nosotros vivimos ahí. Nadie, ningún fantasma jamás se atrevió a acercarse a nosotros. Éramos más feroces que los fantasmas. Dije, “No te preocupes. Estamos iniciados en el Método Quan Yin. Ningún fantasma puede hacerte nada. ¡Además, ahuyentas a los fantasmas! Eres una maestra de ahuyentadores de fantasmas. ¡Haces exorcismos! ¿Cómo le temes a los fantasmas? Si tus clientes se enteran de esto, ¿cómo irán a verte de nuevo?” Ella dijo, “Oh, son muchos, demasiados, y grandes, grandes fantasmas”. Dije, “Pequeños o grandes, a nosotros no nos hacen nada. Todos vivimos juntos en armonía, porque no les hacemos daño y ellos no nos hacen daño a nosotros”. Ella aún siguió tratando de venir conmigo con esto de los fantasmas, así que le di unas frutas, lo que tuviéramos, y dije, “Estas frutas son buenas. Si los fantasmas lo ven, ellos no te tocarán. No se acercarán”. Ningún fantasma nos molestó. Solo nos dejaban verlos. Si los veíamos o no, realmente no nos importaba. Los fantasmas no se atrevían a aparecer en frente de mí y de mis monjas y monjes en ese tiempo. O quizá estaban ciegos o sordos al mundo. La gente dice que cuando eres sordo no tienes miedo de cañones ni de armas, ¡no oyes nada! Debido a eso, una vez hicimos una broma muy traviesa. Dijimos, “No vengan muy tarde a casa”. Y luego otra, le dije a las monjas y monjes… a veces tenían que salir a comprar cosas, comprar alimentos o algo.

No recuerdo cómo sobrevivíamos ahí. Al menos teníamos agua. Había un arroyo que corría alrededor de nuestras tiendas, Y el agua era muy bella, cristalina. Y sobrevivimos porque teníamos agua allí, así que no nos importaba. Solíamos beber agua peor que esa; agua sucia, cuando no teníamos un lugar. Andábamos por las calles, bebíamos cualquier agua, y no pasaba nada. Realmente, estamos protegidos. Porque ciertas aguas estaban sucias, muy sucias, pero usábamos nuestra ropa, las túnicas de monje para filtrarla y luego cocinábamos. Pero el agua realmente era muy sucia, pero a veces no teníamos ningún sitio donde ir, no podíamos encontrar nada más. Estábamos en la calle y bebíamos cualquier cosa, y no hubo problema. Allá solo teníamos ese pedazo de tierra y el agua corría todo el año - un pequeño arroyo, pero corría todo el tiempo, agua bella, clara. Fue la primera vez que veíamos un arroyo claro que nadie había alterado y sin contaminación. Ah, éramos tan afortunados y felices. Planeábamos quedarnos por siempre.

( Maestra, ¿es este? ) No. Meng-shan significa alimentar… No. Significa “agradecer a los Budas y Bodhisattvas y alimentar a los fantasmas, etc.” Es diferente. No es alimentar normalmente. No es solamente alimentar. Es un ritual religioso. ¿Lo encontraste? ( Liturgia. Dice: “Liturgia significa adoración pública habitual realizada por un grupo religioso. ) “Adoración pública habitual realizada por un grupo religioso”, es correcto. Liturgia también. Alabamos a Dios y agradecemos a Dios por comer y por el alimento que comemos. Esa forma de adoración u oración se llama “liturgia”. Y también en el budismo, agradecemos a Buda y todo eso, y luego alimentamos a los fantasmas. En realidad, los fantasmas sí venían, más de trescientos. Así que tenemos un testigo. La Reina Azula lo vio. Creo que ella aún vive en EE UU. Hace mucho que no la veo. Yo sigo cambiando de lugar así que no creo que ella pueda encontrarme más. Lo que hacíamos no es “Meng-shan”, que es hacer ofrendas. Los servicios matutinos y vespertinos que hacen los budistas se llaman “liturgia”, que también existe en el catolicismo.

Liturgia. Hay un chiste sobre la liturgia. Había un sacerdote que fue a África tratando de difundir las enseñanzas de Jesús, pero tenía que atravesar la jungla. Y se cruzó con un león. El león quería comérselo. Decididamente, él no corrió. El sacerdote se arrodilló y dijo algo. Y el león dijo, “¿Qué estás diciendo?” Porque él dijo, “Déjame hacer la liturgia primero antes de comerme” Así que, se puso de rodillas y oró a Dios y dijo “gracias” y todo eso y “salva mi alma”. Entonces el león también se arrodilló Y el sacerdote dijo, “Yo me arrodillo para orar a Dios y orar para que salve mi alma y me ayude. ¿Para qué te arrodillas tú?” El león dijo, “Antes de comer, debes hacer la liturgia, ¿no?” Antes de tomar el alimento, él tenía que dar gracias, hacer la liturgia. Por eso es que recuerdo la palabra “liturgia”. El león piadoso.

Si fuera a continuar siendo respiracionista, creo que no podría hacer este trabajo. Es una cosa diferente. Probablemente tendría una vida mejor. Pero no creo que pudiera hacer mucho más trabajo o aumentar el trabajo, como estoy haciendo ahora mismo. Pero a veces me digo a mí misma, “¡Entrometida! ¿Cómo puedes hacer todo esto?” Supreme Master Television es un gran trabajo para mí ya. ¿Cómo es que tengo perros? Tengo que maquillarme, lucir ropas, diseñar todo tipo de cosas, y el negocio. El negocio también me trae problemas a veces, el personal, y los impuestos y la contabilidad. A veces pienso, “Ay hombre. Mira que eres entrometida, ¿o acaso no lo eres?” Hablo conmigo y me regaño. Digo, “Tú eres la única que tiene la culpa. Ni Dios, ni maya, ni satán, ni demonio, nadie. Tú eres la única”. Porque una cosa lleva a la otra. Si tienes un negocio, tienes que ocuparte de esto y aquello y lo demás.

Si das la iniciación, tienes que ir y ver a estas y aquellas personas. Tienes que cuidar de ellos totalmente. No es que pueden venir y sentarse ahí, y yo no siento nada de ustedes, no siento ningún tirón, ningún llanto, nada de eso. No es que les dé la iniciación y luego ya no oiga que están en casa teniendo problemas, tirando de la foto de la Maestra, “quiero esto, quiero aquello”. Está bien si de verdad lo necesitan. Pero a veces ni siquiera lo necesitan. Sólo piden esto y aquello para poner a prueba a la Maestra. Esas cosas no funcionan. Hagan sus deberes. Recen a la Maestra cuando lo necesiten, por supuesto, pero no siempre abusando de nuestra relación.

No es que cuando recién te casas y tienes un hijo entonces no haya problemas. No. Los problemas vienen con el matrimonio y con el hijo. No lo sabes hasta que estás en ello. Es similar. Solo una esposa, un hijo, y un trabajo y una casa, y ya tienes muchos problemas. Yo tengo muchas casas porque antes, iba por todo el mundo y en cada país compraba una casa y compraba algo para los Ashrams. Y más tarde, se hace muy pequeño y luego ni siquiera puedo venderlo. Requiere tiempo. Y antes, no tenía a nadie conmigo que me ayudara, así que lo puse a mi nombre, y ahora tengo que ir allí a hacerme cargo, porque algunos países no aceptan una carta de autorización o un pasaporte. Tengo que ir en persona frente a un escribano o un abogado bla, bla, bla. Los problemas no tienen fin. Lo problemas no tienen fin.